Inmersión vital
Es el nombre genérico que hace referencia a la inmersión total en una realidad virtual. Es otro de los paradigmas que definen la sociedad a finales del siglo XXI.
La persona se conecta neural y químicamente al aparato que haga de mediador, para así lograr una inmersión completa en otra realidad. Todas las capacidades sensoriales son afectadas vía la conexión neural, y la mayor parte de las sensaciones y funciones biológicas son afectadas por la conexión química. Los nanoagentes controlados por el ISI del usuario se ponen a disposición de esta alteración de la realidad consciente para lograr el resultado final. Para inmersiones de larga duración, el usuario puede elegir ser alimentado e hidratado vía sueros conectados a su cuerpo, incluso expulsando deshechos orgánicos mediante dichas conexiones.
El usuario queda, de cara al exterior, en un estado de letargo controlado similar al coma. Para su cerebro, cuerpo y funciones biológicas, el usuario está inmerso en otra realidad indistinguible de la realidad de no ser por la consciencia de que se está haciendo uso de esta tecnología.
Los ISI impiden, mediante triple firma biológica, la inducción de una inmersión vital de forma involuntaria.
Las inmersiones vitales son una forma más de comunicación y ocio, existiendo una industria dedicada a la creación de contenido y experiencias, muchas de ellas personalizadas. Pese a su increíble realismo y potencial, no ha hecho obsoletos otros medios tradicionales de comunicación y ocio, conviviendo y siendo usados por igual. Sin embargo, la clase no trabajadora sí que adolece de una frecuente adicción a la inmersión vital, llegando a tener vidas paralelas en mundos virtuales con inmersiones de semanas seguidas que alteran la percepción normal de la realidad cuando se desconectan de la inmersión.
Extracto de la novela:
Pese a que besaba con pasión, parecía carecer de experiencia en acercamientos sexuales fuera de inmersión vital, lo que, en el fondo, no me sorprendió. Pese a ello, lo disfruté y continuamos enzarzados, retozando en medio de aquella épica batalla de besuqueos hasta que las primeras gotas de lluvia se hicieron sentir.